“El Vestido” nos sumerge en un mundo donde el arte textil se convierte en una metáfora poderosa de la colaboración y la resistencia femenina. A través de la antigua artesanía de la cestería en ñocha, mujeres de diversas procedencias—mapuches, chilenas y europeas—se unen para tejer no solo fibras, sino también lazos de solidaridad y conocimiento.
En este proyecto, la ñocha se convierte en un vehículo para explorar la intersección entre el arte, el género y la comunidad. Inspirada en los conceptos de "land art" y "process art", la muestra destaca tanto el proceso de creación, como las obras finales. Al igual que el "land art" utiliza el paisaje como lienzo, y el "process art" pone en primer plano el acto de creación, "El Vestido" celebra la transformación de las fibras naturales en esculturas textiles a través del trabajo colectivo.
Trabajar en conjunto para entrelazar las fibras de la ñocha se convierte en un acto simbólico de resistencia y empoderamiento. Cada puntada es una afirmación de la capacidad de las mujeres para crear espacios seguros y de apoyo mutuo. Al igual que las redes físicas son fuertes y esenciales para mantener estructuras unidas, las redes de mujeres han sido históricamente cruciales para la cohesión social, la transmisión de conocimientos y el soporte emocional.